Voy a cruzar bien los dedos, ponerme algo rojo, estrenar algo nuevo, tocando madera voy a coger carrerilla, soltarlo de golpe, mirarte de frente y confiar en la suerte.
No temáis a la grandeza. Algunos nacen con ella, otros la alcanzan y a la mayoría se les echa encima. La mejor oportunidad que tenemos de ser grandes hoy es de cobardes.
Palabras que están no queriendo estar, palabras que siento que van a explotar, palabras amables que te ayudan a andar, palabras rivales hacen desesperar... palabras que van de aquí para ayá, palabras que nunca dicen la verdad, palabras que cuentan no te voy a econtrar, pero me da igual, te voy a encontrar.
Y tú caminas con el mundo a tus pies o a tus espaldas. Te pierden los coches, las drogas, las faldas. Y yo conozco los secretos que te guardas bajo llave y esque tube dos maestros: Señor Libro y Señor Calle...
Es mi caso, la historia de un triunfo y de un fracaso. Calles donde el amor se convierte en un bien escaso. Nadie mira a nadie, nadie dice ni pío, en pleno mes de agosto y yo siento tanto frío...
Sentado en el borde de la cama vomitando, gritandole a mi madre, que en el marco de la puerta está llorando. Joder chaval... vas como una cuba, tu padre ha ido a buscarte, espérate a que suba.
Estoy borracho mamá, déjame en paz. Déjame acariciar la almohada, no puedo más. Mucho pollo bravo y demasiado Ballantines, pollo bravo que ves en el suelo junto a mis lágrimas...