Tanto te quise besar que me duelen los labios.
Mira que el miedo nos hizo cometer estupideces, nos dejó sordos y ciegos, tantas veces...
No hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo aguante y lo mejor siempre espera adelante.
Y un día después de la tormenta, cuando menos piensas, sale el sol.
De tanto sumar, pierdes la cuenta porque uno y uno no siempre son dos. Cuando menos piensas, sale el sol...
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